lunes, 5 de noviembre de 2018

Querida hija:
Me ha dicho el psicólogo que escribiendo, el dolor deja de sentirse tan fuerte, solo estoy comprobándolo. 
Tenias un azul cielo en tus ojos desde que naciste que yo me quedaba embobada viéndote achinarlos cuando sonreías.
Fuiste la niña mas feliz del mundo, o eso me decias. Pero la niñez se quedo en el pasado en cuanto encontraste a alguien que te hizo perder la cabeza.
Alberto. 
Mi niña, yo veía cada dia como el cielo azul de tus ojos se te iba borrando a medida que los moratones empezaron a aparecer.
Pasaron los días y tu dejaste de ponerte faldas, camiseta cortas, nunca te ponías pantalones cortos ni siquiera camisetas cortas.
¿Qué te estaba pasando? Decidiste irte de casa con un chico que decías que era el hombre de tu vida.
Un hombre que te hace sentir culpable, que te prohíbe, que te descalifica, te humilla y se pone celoso de todo el mundo no te quiere hija mía.
¿Por qué no me lo dijiste?
Pero la cosa no quedó ahí. Te aisló, te dominó, te extorsionó, te amenazó y te golpeó. "Él me quiere mamá, a su manera" "Está muy enamorado de mi".
Tus ojos ya no brillaban y ya a penas me hablabas, te alejó de todo el mundo, eras más suya que tuya.
Era un sábado a las 03:33 de la mañana y me llamó la policía. Mi mundo se fue abajo con unas solas palabras.
Si no eras suya no ibas a ser de nadie, por eso te quitó la vida.
Te había pillado con la maleta en la mano y recibiste todos los golpes que tu cuerpo aguantó.
Cuando te ví a él se lo había llevado la policía y a mi me pidieron reconocer el cuerpo. Estabas llena de sangre. Ya no vería el cielo azul en tus ojos, por eso ese día llovía.
Mi niña.

TELEFÓNO CONTRA EL MALTRATO: 016.
Ni un insulto, ni un desprecio...todo empieza por ahí.

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