lunes, 21 de mayo de 2018

He perdido la cuenta de las veces que nos hemos tenido que despedir en la estación de autobuses de Málaga y de Madrid. Hoy nos hemos vuelto a despedir amor, y cada día duele más. Me doy la vuelta para que no veas que se me escapan unas cuantas lagrimas mientras te veo alejarte. 
Y es que yo ya te echaba de menos antes de que te subieras a ese autobús. Es imposible no echarte de menos amor, si contigo puedo ser yo, contigo soy feliz, que me haces reír cuando solo tengo ganas de llorar, que me intentas entender incluso cuando no me estoy explicando bien. Y en la estación de autobús viéndote marchar, me di cuenta de que éramos completamente compatibles, que éramos dos personas que habíamos unido nuestros caminos a pesar de la gente en contra. Que estábamos enamoradas.
Han pasado unos días desde que nos despedimos y me veo en mitad de la noche abrazada al peluche que me regalaste, echándote de menos y sin poder dormir si no esta tu cuerpo a mi lado, dándome esa paz que solo tú me das. Y no puedo evitar ponerme a llorar. 
Que ya sabes que me muero de envidia cuando veo a alguien de la malo porque me encantaría que fuéramos nosotras, que me encanta que vengas por detrás a darme un abrazo, que me encanta que me dejes tu ropa o que eches colonia al peluche con el que duermo porque así huele a ti. Que ya sabes que amo ir contigo de la mano, que amo tus tonterías y tu forma de mirarme tan especial.
“El amor a distancia no funciona”. Pasaron los días y se convirtieron en semanas, y las semanas se convirtieron en meses y un año y seis meses después seguimos luchando por nuestro amor. La distancia separa los cuerpos, pero no sentimientos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario